Nota de lectura: "La ley de la vida" - Jack London
A mí parecer, la trama principal del cuento ronda constantemente en una reflexión, tanto del personaje como del autor (encontrando allí un punto de encuentro entre la primera y segunda trama) sobre lo que denomina la "Ley de la vida".
Allí, London, observa cómo la mayoría de nosotros aprendemos desde chicos sobre cómo la muerte es sólo una instancia más de la vida misma, inevitable y, por alguna razón, a la vez indeseable. Esto lo plasma con las historias en simultaneo de Koskoosh y el alce que este observó morir cuando era chico, absorbiendo de primera mano cómo funciona la ley de la vida.
Es así, que, sin encontrar respuesta, reflexiona sobre como si bien reconocemos a la muerte como parte de la vida y la aceptamos como tal, cuando llega dicho momento luchamos contra la misma, tal como un alce que ha sido abatido pero se levanta nuevamente desafiando la ya mencionada ley, sólo para caer en las garras del inevitable destino. Dado que, tal como aprendemos desde niños, en esta ley no hay lugar para excepciones.
Lo que más me gustó del cuento es cómo el autor se encarga de hacernos saber que los recuerdos de cuando era joven, son los que vuelve a "experimentar" con más frecuencia y detalle nuestro protagonista. Quizás para denotar lo melancólico del personaje o quizás para justificar el armado de toda la reflexión. Pero yo elijo creer que es para recordarnos que aquello que reconocemos como vida, o por lo menos la experiencia vivida en este plano, es justamente eso, un conjunto de experiencias y momentos que, tal como indica la ley de la vida, desaparecerán con el tiempo. Ya que eso es lo que le da sentido a nuestra existencia, lo efímero de las cosas y de la existencia misma.
Allí, London, observa cómo la mayoría de nosotros aprendemos desde chicos sobre cómo la muerte es sólo una instancia más de la vida misma, inevitable y, por alguna razón, a la vez indeseable. Esto lo plasma con las historias en simultaneo de Koskoosh y el alce que este observó morir cuando era chico, absorbiendo de primera mano cómo funciona la ley de la vida.
Es así, que, sin encontrar respuesta, reflexiona sobre como si bien reconocemos a la muerte como parte de la vida y la aceptamos como tal, cuando llega dicho momento luchamos contra la misma, tal como un alce que ha sido abatido pero se levanta nuevamente desafiando la ya mencionada ley, sólo para caer en las garras del inevitable destino. Dado que, tal como aprendemos desde niños, en esta ley no hay lugar para excepciones.
Lo que más me gustó del cuento es cómo el autor se encarga de hacernos saber que los recuerdos de cuando era joven, son los que vuelve a "experimentar" con más frecuencia y detalle nuestro protagonista. Quizás para denotar lo melancólico del personaje o quizás para justificar el armado de toda la reflexión. Pero yo elijo creer que es para recordarnos que aquello que reconocemos como vida, o por lo menos la experiencia vivida en este plano, es justamente eso, un conjunto de experiencias y momentos que, tal como indica la ley de la vida, desaparecerán con el tiempo. Ya que eso es lo que le da sentido a nuestra existencia, lo efímero de las cosas y de la existencia misma.
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