Anécdota: Tomemos un helado en Pololo
Para esta consigna, elegí como narrador a mi padre. No estrictamente por sus dotes narrativos (que tampoco me disgustan), sino porque cuando le comenté sobre la consigna y pregunté si podía ayudarme, de todas las anécdotas que pudo haber contado, eligió contarme una sobre un momento que él recuerda como feliz y, como no podía ser de otra manera, contiene un elemento que siempre sabe traer esa felicidad en él: el helado.
https://drive.google.com/file/d/1wTS0JJyWO6Lpe2oKbRABVEmru5spUv2p/view?usp=sharing
Cuando le pregunté por qué había elegido esa anécdota dentro de todas las que podía contar, respondió:
https://drive.google.com/file/d/1B42c3f7LxtwZDZaVWAYNGXo7A5WxzM3K/view?usp=sharing
Por último, a modo de yapa, me contó otra historia que involucraba diferentes elementos, personajes similares, pero la misma felicidad:
https://drive.google.com/file/d/12gBrGeo2TsOpSdDbxiJVMGg5_cDtD2A_/view?usp=sharing
https://drive.google.com/file/d/1wTS0JJyWO6Lpe2oKbRABVEmru5spUv2p/view?usp=sharing
Cuando le pregunté por qué había elegido esa anécdota dentro de todas las que podía contar, respondió:
https://drive.google.com/file/d/1B42c3f7LxtwZDZaVWAYNGXo7A5WxzM3K/view?usp=sharing
Por último, a modo de yapa, me contó otra historia que involucraba diferentes elementos, personajes similares, pero la misma felicidad:
https://drive.google.com/file/d/12gBrGeo2TsOpSdDbxiJVMGg5_cDtD2A_/view?usp=sharing
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