La mirada de Garland

 Consigna: leer los cuentos de Inés Garland, subrayen qué elementos tanto de las historias, los tipos de narrador y los procedimientos se repiten o se relacionan entre sí, como para empezar a pensar la reseña.




El rayo verde


La autora tiene una facilidad para abarcar lo siniestro dentro de lo cotidiano que, por momentos, hasta llega a ser espeluznante. La forma en que describe una madre intencionalmente ausente para obviar una realidad que la supera, un padre que se asemeja mucho a un Kevin Spacey en American Beauty, y una mejor amiga que es víctima de las relaciones de poder que la someten, desde una mirada semi-inocente como la de una protagonista en crecimiento, roza lo siniestro y lo incomodo. Pero si en algo se destaca, es justamente en su capacidad de trasmitir, tanto esa incomodidad que se encuentra casi objetivamente en el ambiente, como el desentendimiento o la incertidumbre con la que reacciona nuestra protagonista frente a los fenómenos que la rodean, debido a su escasa experiencia.

A su vez, siempre encuentra un momento para retractar la banalidad o cotidianidad en su relato, para contarnos momentos que podrían parecer insignificantes a la trama pero que, en la vida real, carga de significado y dan sentido a una línea de pensamiento de una persona. Por lo que estos momentos cargan de una "realidad" a cada escena, como si se tratase de un relato bibliográfico, que aporta a ese marcado transmitir de la autora.


La cautiva


Nuevamente, la autora nos muestra sus dotes narrativos a la hora de ponerse en los zapatos de un tercero que puede o no distar de su propia apreciación del mundo, pero que aún así retrata y da idea al lector con mucha facilidad de cómo es la visión de ese tercero en cuestión.

Particularmente en este texto, abarca una protagonista que, junto con su familia, vive una realidad socio-económica muy diferente a la de los habitantes misioneros y que genera que los vea hasta con cierta desidia, exagerando cada minúsculo detalle que no es de su agrado... O más bien no es del agrado de los "valores" que tiene inculcados. No obstante, también da lugar al cambio de paradigma social, plasmado justo en ese momento donde uno da cuenta de que hay más de lo que acostumbró a ver anteriormente.



La perra de tres dientes


Aquí la autora muestra su polivalencia, alejándose de la banalidad del relato cotidiano, para remarcar lo abstracto, lo escondido en el fondo de sus personajes, aquello que antes se mostraba sólo en la superficie, lo podemos palpar de forma totalmente directa ahora que nos sumergimos de lleno en ello.

De igual manera, sigue trabajando en el retratar lo que considera una historia "más real" dentro de sus cuentos. Volcando en ellos aspectos propios de una historia que tranquilamente puede no ser ficticia. Dando cuenta de las múltiples aristas que atraviesan transversalmente nuestras vida y conforman a un individuo, o más bien a todos los individuos, por lo que es; con sus mejores y peores momentos, con sus cualidades y sus defectos, con los aspectos que nos orgullecen y los que nos dan vergüenza.




                                                                                    Oscar


Oscar es narrado en tercera persona, con un narrador equisciente que empatiza con Sofía, entendiendo cómo vive su realidad y qué red de pensamiento gesta a partir de esta. Lo deja muy en claro cuando la chica escucha una conversación de adultos en la que intenta fallidamente involucrarse, haciendo de su fracaso, nuestro fracaso a la hora de comprender de quienes se estaba hablando.

La trama está claramente marcada, como ya lo ha estado, por la problemática de las clases sociales. Donde nuevamente pone al descubierto la ideología hasta golpista de una clase para con la otra desde una mirada inocente, esta vez desde el cuerpo de una menor, que yace en la inexperiencia.

Dando lugar dentro de esa inocencia al formar del individuo, acentuando el cómo impactan en la niña aquellas vivencias, el peso de las palabras de sus padres y el análisis de todo aquello observado que, eventualmente, la materializará como sujeto "ya formado".




Nada que hacer


Se mantiene la temática de la femineidad en el centro de la escena, en este caso una madre con su hija, donde la protagonista nuevamente verá en retrospectiva todo aquello que la marcó y la llevó a ser quien es hoy. Sin embargo, a través de su hija y de observar como esta se desenvuelve de manera diferente en situaciones similares a las que ella atravesó, redescubre el significado de lo experimentado hasta entonces para darle una vuelta de tuerca y poder verlo desde otro lado. 

Es así que se nos revela que este redescubrir lleva a sentimiento nuevos, extraños y quizás hasta usualmente consideraría impropios del ser, pero que a su vez llevará a comportamientos que comparten los mismos adjetivos.

Comparte con los otros textos, ese desarrollar que se da de cierta manera y se asienta desde la adolescencia, para ser la base, el marco teórico a través del que el el individuo regirá su vida, incluso con los sesgos que adoptar un marco teórico conlleva, pues hasta que se lo abandone. si es que se lo abandona, la apreciación de la realidad será transformada por los parámetros del mismo.



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